jueves, 5 de noviembre de 2009

Nace Materia de Negociación

Ya está en circulación el primer número de Materia de Negociación, una publicación mensual de ENE Escuela de Negociación que los usuarios registrados de negociacción pueden descargarse gratis desde la página de Descargas.

Materia de NegociaciónMateria de Negociación nace con el proposito de divulgar, de forma profunda pero entretenida, la técnica y el arte de la negociación aplicada, además, a diferentes contextos.

En este primer número de 8 páginas el lector encontrará las siguientes secciones y artículos:

Mercado de Ideas: Si las empresas venden productos, ¿qué venden las personas?

Mercado de Ideas: Negociar en situaciones extremas

Dudas Razonables: ¿Cómo afrontar la negociación en un contrato de outsourcing tecnológico?

Matrix, la vida en una matriz: Entre la rentabilidad del contrato y la relación a largo plazo

Mejor con filosofía: Tratado de Argumentación

Si no lo ha hecho ya, descárguese gratis Materia de Negociación, pulsando aquí.

jueves, 22 de octubre de 2009

Cuestión de estatus

Se discuten en estos días los Presupuestos Generales del Estado y se ha abierto un breve, y efímero, debate que ha desviado la atención de los medios hacia una cuestión que, en sí misma, no debería tener mayor importancia.

O quizás si.

leones del congreso

La época que rodea a la aprobación o rechazo de los dineros que el Estado empleará en el año siguiente es de intensa negociación. El debate entre los líderes políticos de las distintas formaciones no es más que la escenificación de los acuerdos o desacuerdos. Pero, en lo que se refiere al debate, negociar, se negocia poco. Y se dialoga aún menos.

Pero éste es uno de los momentos del año de mayor resonancia para los medios y la opinión pública. Y todo detalle es importante.

La anécdota a la que me refiero tiene que ver con quienes defienden las propuestas de los principales partidos. Por un lado, el Gobierno es representado por Elena Salgado, Ministra de Economía y Hacienda, y, por otro, Mariano Rajoy, representa al principal partido de la oposición.

Aunque tradicionalmente los Presupuestos son presentados por el titular del Ministerio, este año parece que este dato ha causado alguna polémica. En lo poco que he visto del debate por televisión, el representante del Partido Popular dirigía directamente al jefe del Gobierno sus argumentos, “ninguneando”, según lo leído en algunos medios, a su contraparte. En alguna ocasión, además eximía de toda culpa el señor Rajoy a la señora Ministra, responsabilizando de lo desacertado de la propuesta de Presupuestos al máximo representante del Gobierno.

Los medios de comunicación, una vez recogidas las declaraciones posteriores de los protagonistas, han enfocado el tema por su variante de género, es decir “el chico no quiere ser agresivo con una chica”, pero a mi me apetece ver el episodio y elucubrar desde el punto de vista de lo que Shapiro y Fischer se refieren su libro Beyond Reason como “core concerns”, algo así como preocupaciones clave, o como prefiero decir al hablar de ellas “claves emocionales”.

Los autores, baluartes de la Escuela de Harvard, nos hablan en su texto de las claves que en una negociación pueden desencadenar emociones, positivas o negativas, y, a partir de ellas, reacciones poco o muy cooperativas por parte de los afectados.

En relación al tema que nos ocupa podemos identificar fácilmente dos de estas claves.

Por un lado, los autores aseguran que la negociación avanzará de forma más positiva siempre y cuando haya un reconocimiento mutuo del estatus de las partes. En otras palabras, quienes se sienten en la mesa, o en el estrado, deberían ser vistos por la otra parte como personas del mismo nivel de representatividad. Diferencias en la percepción del estatus generará emociones negativas y, por consiguiente, conductas poco cooperativas.

En el caso que nos ocupa, seguramente Rajoy no reconoce a Salgado como de su mismo nivel por lo que opta por dirigirse directamente a quien considera que pertenece a su mismo nivel de estatus.
Otra opción, ante esta diferencia de estatus, que podría haber elegido el jefe de la oposición es nombrar a alguien de su confianza, pero de un nivel inferior, para argumentar sus críticas a los Presupuestos.

La cuestión del estatus no es asunto baladí en entornos donde los gestos son de suma importancia. Hablemos, por ejemplo, de la diplomacia que es muy proclive a jugar con mensajes subyacentes y donde enviar en delegación a funcionarios de bajo nivel para manifestar una protesta ante otro Estado es algo habitual.

Por otro lado, en toda negociación debería existir un reconocimiento a la autonomía del otro, a su capacidad para decidir. La falta de este reconocimiento, como puede ser eximir de toda responsabilidad sobre lo que se negocia a la otra parte, supone un torrente de emociones negativas y un descalabro para la negociación. Un ejemplo habitual que encontramos en muchas negociaciones se refiere a mostrar falta de cooperación cuando entendemos que la otra parte no está respetando nuestra capacidad, ya sea mucha o poca, a tomar decisiones o expresar opiniones.

martes, 20 de octubre de 2009

Curso Negociación Estratégica

La Escuela de Negociación (ENE) ha programado los próximos 27 y 28 de octubre de 2009 una nueva edición del curso "Negociación Estratégica", que será una buena oportunidad para poner en forma las habilidades de negociación y conocer las principales claves para aprender a resolver conflictos en equipos de trabajo, negociar en situaciones complicadas o mejorar las habilidades persuasivas.

negociacion estrategica

ENE propone dos sesiones de formación, totalmente prácticas, en negociación trabajando diferentes situaciones complejas que demandarán el máximo de cada participante.



Negociación Estratégica (16 horas). 27 y 28 de octubre de 2009. Madrid.
El Modelo de Negociación por Principios.

Trabajaremos en profundidad el Modelo de Negociación de la Escuela de Harvard, analizando los perfiles como negociadores de los asistentes y realizando una variedad de casos prácticos de negociación, que nos servirá para fijar las ideas. El Modelo de Harvard, el más extendido y probado de todo el mundo se basa en los siete elementos que están presentes en cualquier negociación, ya sea ésta profesional o personal y es aplicable a cualquier contexto donde la negociación sea necesaria.

AGENDA DE CONTENIDOS
El negociador excelente
El Proceso y los Principios que rigen la Negociación
La Negociación distributiva
De la reclamación de valor al establecimiento de la zona de posible acuerdo
La Negociación integradora
La creación de valor en la negociación teniendo en cuenta los elementos presentes en la negociación y los estilos negociadores de las partes
Las negociaciones complejas
El análisis del mapa de la negociación en situaciones complejas
Más allá de la razón
Las claves emocionales en la negociación
Situaciones difíciles en el equipo de trabajo
Negociando con percepciones, emociones e identidades

Aprendizaje basado en la experiencia. Mediante dinámicas de role-play, juegos y otras técnicas los participantes aprenderán desde la experiencia.
Contenidos prácticos, centrando el contenido en el aprendizaje de ideas clave de aplicación inmediata.
Clima distendido y ameno. Fomento constante de la participación y la reflexión con el uso de herramientas pedagógicas relacionadas con la materia.

NEGOCIACIÓN ESTRATÉGICA.
Fecha: 27 y 28 de octubre de 2009.
Horario: 9:00h a 18:30h
Lugar de celebración: Fundación Pons. Serrano, 138. Madrid.
Plazas limitadas. El coste del Programa puede ser subvencionado a través de la Fundación Tripartita con cargo al crédito de formación del que disponga su empresa.
Solicite más información en el teléfono 902 15 35 15 (Patricia Carmona) o visite ENE Escuela de Negociación

ENE Escuela de Negociación

lunes, 19 de octubre de 2009

Un golpe de suerte

Coincidiendo con que acabamos de enviar el especial monográfico, en forma de newsletter, de negociacción dedicado a la suerte aprovecho para rememorar uno de los episodios en mi corta vida como directivo donde el azar tuvo una presencia singular.

Nos encontrábamos citados por los gerentes de uno de nuestros principales clientes para tratar un problema que había surgido en las últimas horas. Un problema que requería una solución de urgencia.

la ruleta de la negociacion

Llegados a las elegantes oficinas del mencionado cliente, una empresa punto com de las que aparecieron a cientos a finales de los años 90, nos hacen pasar a una sala de reuniones donde, a los pocos minutos, aparecen los dos gerentes de la empresa acompañados de dos personajes trajeados que se hacen llamar abogados y que representan a la firma en cuestión.
Sin mayor preámbulo ni introducción nos amenazan con una querella en toda regla por haber cometido una infracción muy grave dentro de nuestra relación comercial y que afecta muy negativamente a sus intereses. El motivo es lo de menos pero las consecuencias de la querella bien podrían suponer el cierre de nuestra pequeña empresa.

La intención de la reunión, según nos dimos cuenta más tarde, era que admitiéramos nuestro error, falta o traición, y que lo hiciéramos de forma que no cupiera duda. Según sospechamos los acompañantes legales llevaban una grabadora para dar fe de todo lo que se decía en aquella sala.

Como pudimos, escapamos de allí, alegando evasivas, solicitando tiempo para aclarar el asunto, y, por fortuna, sin admitir gran cosa del caso.

A los pocos días, recibimos una nueva llamada de nuestro cliente.

Nos temíamos lo peor. Ya contábamos con que la otra parte diera el paso de demandarnos ante el juzgado y dar comienzo a una batalla legal, dejando la credibilidad de nuestro negocio por los suelos.

Con lo que no contábamos era con que la suerte, a veces, juega un papel del todo inesperado.

En esa llamada, el gerente de la empresa cliente nos comunicaba que habían iniciado un proceso de suspensión de pagos, lo que hoy se llama concurso de acreedores, por lo que habían decidido abandonar todo pleito y discusión y centrarse en salir de aquel atolladero.

Fue un golpe de suerte, si, pero también una llamada de atención acerca de lo mal preparados que íbamos a aquella negociación. Tan mal íbamos que ni siquiera éramos conscientes de que estábamos en una negociación con lo que difícilmente íbamos a salir bien parados de la situación.

Antes de empezar a negociar o cuando intuyamos que necesitaremos negociar en algún momento, no está de más hacernos algunas preguntas para preparar el encuentro con un mínimo de anticipación. Por ejemplo:

  • ¿En qué situación nos encontramos? ¿Será una negociación que se repita en el futuro? ¿Cuál es la relación con la otra parte y cómo queremos que se mantenga? ¿Nos podemos permitir que la relación se deteriore?
  • ¿De lo que se negocia, cómo es de importante para las partes? ¿Qué queremos conseguir? ¿Qué necesitamos conseguir? ¿Podemos apoyar nuestros argumentos en un criterio razonable? ¿Conocemos o intuimos los argumentos de la otra parte? ¿Podemos establecer una agenda de temas en discusión? ¿Podemos ponderar la importancia de cada uno?
  • ¿Dónde negociaremos? ¿Quién negociará? ¿Representamos a alguien o la otra parte es representada? ¿Podemos diferenciar intereses de representantes y representados? ¿Hay terceros involucrados?
  • ¿Qué pasaría si una de las partes no quiere negociar? ¿Qué perdemos? ¿Qué alternativas nos quedan? ¿Y a la otra parte?

No son todas las preguntas que nos podemos hacer pero si son imprescindibles para no confiar en el azar a la hora de preparar nuestras negociaciones.

martes, 13 de octubre de 2009

No sos vos, soy yo

Hace pocos años tuvimos la ocasión de disfrutar de la película hispano-argentina “No sos vos, soy yo”, con un argumento plagado de conflictos internos y externos, rupturas de pareja de por medio y la pregunta eterna del “¿qué quiero hacer con mi vida?” en boca de los protagonistas.

no sos vos

La película toma como título la tradicional fórmula utilizada para romper por parejas de medio mundo (el otro medio mundo utiliza la fórmula inversa en forma de “no soy yo, eres tú”, con resultados mucho más catastróficos) y nos sirve como un buen punto de partida para profundizar en las negociaciones más íntimas.



Maestros de la consabida frase hay muchos, verdaderos expertos, pero seguramente el más conocido sea quien se autodenomina su inventor, George Constanza, popular neoyorquino integrante de una cuadrilla de urbanitas sin remedio, con su “It’s not you it´s me”

Hay muchas formar de romper, de acabar con una relación. Me da la impresión de que la forma de terminar una relación desenmascara el modo de afrontar un conflicto. Las parejas se rompen constantemente, para gran suerte de abogados de familia, y lo pueden hacer de forma amistosa o con violencia. En otros casos, las partes se acomodan a la situación, se llegan a acuerdos de mínimos, no se afrontan los problemas o se hacen públicos y se llevan hasta los tribunales. Sin duda, la forma que tenemos de romper contratos, legalizados o no, dice mucho de nuestra manera de manejar los conflictos.

Y la mayor parte de las veces, los conflictos aparecen, o como mínimo se acentúan, apuntando como máxima culpable a la manera en que nos decimos las cosas. Lo que lleva al deterioro de la relación, casi siempre, es la comunicación.

Y todo esto viene al caso por un estudio realizado por un equipo de psicólogos de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, y citado en el número de junio del Newsletter del programa de Negociación de Harvard, que ha analizado en un trabajo de campo a una muestra de parejas y su forma de comunicarse. Más concretamente, el estudio trata de analizar cómo se consiguen cambios de actitud ante un problema cotidiano y hogareño.

El estudio ha detectado cuatro tipos de comunicación, cruzando dos variables: lo directo de la comunicación y el tono del mensaje. Un ejemplo de cada una de las variedades sería:

Razonamiento racional (comunicación directa + tono positivo): “Me gustaría que me ayudaras a hacer las tareas de la casa. De esta manera, terminaríamos antes y podríamos dedicarnos a cosas más productivas”
Coerción (comunicación directa + tono negativo): “¿Por qué tengo que ser yo quien siempre haga la limpieza? A mi también me gustaría quedarme todo el día en el sofá, así que muévete ahora”
Persuasión suave (comunicación indirecta + tono positivo): “Me encanta cuando hacemos las tareas de la casa juntos y luego podemos disfrutar de más tiempo para nosotros”
Manipulación (comunicación indirecta + tono negativo): “Estoy agotad@. Es un martirio tener que hacer yo sol@ todas las tareas de la casa”

Según el estudio, inicialmente las personas que se enfrentan a los problemas cotidianos mediante una comunicación indirecta y con un tono positivo son más proclives a lograr un cambio de actitud en su media naranja, aunque, siguiendo al mencionado estudio, a la larga la comunicación más directa logra mejores resultados, sin influir demasiado el tono de la conversación.

Llevando el resultado ya al terreno de la negociación en general, se me ocurre que, a medida que avanza la relación con la otra parte, podemos permitirnos ser más directos en nuestras demandas, pero también me parece que el tono sí influye. Un tono positivo siempre hará más fácil la creación del clima cooperativo necesario para la resolución conjunta del problema.

Eso creo yo pero si no están de acuerdo, por favor, por lo menos, digánmelo de forma cariñosa.

martes, 22 de septiembre de 2009

Puro veneno

Distinguir una conversación tóxica de otra conversación cualquiera dentro de una organización es una tarea sencilla y en la que, la mayor parte de nosotros, somos expertos. Una conversación tóxica es fácilmente reconocible por lo efectos que provoca en la moral de la empresa. En su salud.

puro veneno

Partiendo del supuesto, lo que es mucho suponer según algunos expertos, de que el conflicto es a la organización lo que la enfermedad es al cuerpo humano, la conversación tóxica sería el mortal virus que desencadena la mayor parte de males.



Un virus que se extiende a lo largo y ancho de la empresa hasta alterar su normal funcionamiento.

El paralelismo vírico, más allá de profundidades académicas, es atractivo y recurrente. Sobre todo, en estos momentos de incertidumbre por lo que nos viene, o parece venirnos, encima con la amenaza de pandemia que promete el fenómeno de la llamada gripe A.

Sin ir más lejos, trayendo a colación una declaración de Margaret Chan, directora general de la OMS, en mayo de 2009 que advierte que “puede que desaparezca en un mes, puede que se quede como está o puede que se agrave”, no sabríamos, sin conocer previamente su cargo o el contexto de la frase, si la señora Chan se está refiriendo a lo impredecible del virus más temido de los últimos tiempos o está filosofando acerca del conflicto en las organizaciones.

Y es que, al igual que el virus, el conflicto en el lugar de trabajo parece seguir estos tres caminos, despertando en los afectados tres posibles respuestas: esperamos a que la cosa amaine, que se calmen los ánimos y que el problema desaparezca por sí mismo. O bien nos acomodamos al conflicto, conviviendo o, más bien, coexistiendo con él. O nos tememos lo peor, que el conflicto se eleve de tal manera que resulte impredecible e incontrolable para todos.

Aunque también hay un cuarto camino. Podemos combatirlo.

Pero la batalla contra el virus del conflicto en las organizaciones se hace especialmente ardua cuando, además, contiene un alto índice de toxicidad.

Las conversaciones tóxicas.

En terminología médica lo tóxico se refiere a cualquier sustancia exógena que, aplicada o introducida en el organismo, produce alteraciones en el mismo. En otras palabras, puro veneno.

Mucha dosis de cianuro la encontramos diariamente en las empresas, un veneno que no siempre se emplea de forma consciente o con un objetivocafe toxico claro. Es relativamente habitual la comunicación indirecta, como cuando se desea enviar un velado mensaje a alguien pero evitando una conversación cara a cara, utilizando la ironía como arma arrojadiza. Muy típico es aquello de asignar mala fe en sus acciones o dudar de los motivos reales de alguien con la pretensión de atacar su reputación y credibilidad. O más grave sería el desvelar aspectos privados en un foro público, divulgando información confidencial.

Seguramente todos hemos practicado, espero que sin demasiada mala fe, la comunicación tóxica por email, solicitando, por ejemplo, la ayuda de alguien para nuestros proyectos poniendo en copia a su supervisor, forzando a esa persona a aceptar. De mala gana y recordando la puñalada trapera para siempre.

En resumen, la comunicación tóxica es aquella que envenena las relaciones en un entorno de trabajo y se nutre de rumores malintencionados, comentarios inocentes sólo en apariencia, desinformación, juicios personales, abusos verbales y mucha, mucha, incomunicación.

Estas relaciones me envenenan.

En un reciente estudio publicado por Harvard Business Review (abril 2009), que analiza precisamente los conflictos entre compañeros y los efectos que provocan, encontramos que, ante una situación conflictiva interpersonal, provocada por una conducta tóxica, los encuestados habían reducido drásticamente su productividad, la calidad de su trabajo, su esfuerzo y, sobre todo y de forma muy apreciable, su compromiso con la organización.
Además, más del 60% evitaban a la persona que había provocado con su actuación tóxica la situación.

Un estudio que refleja claramente la relación coste-conflicto.

Todos, empresas y empleados, estamos expuestos al virus de las conversaciones tóxicas. Pero mayor será su efecto si quien lo propaga y alimenta con su conducta es quien está en lo más alto del escalafón. Hablamos de lo que Iñaki Piñuel denomina el “jefe tóxico”.

Doy por seguro, que muchos hemos tenido jefes que suelen practicar tres conductas tóxicas de forma persistente y sin desmayo.

  • Se recrean en dictar juicios de valor sobre otras personas, especialmente sus subordinados. Son incapaces de separar el problema de la persona e identifican los fracasos con la incompetencia personal, de los demás, como única causa.
  • Se esfuerzan en mostrar una falta absoluta de reconocimiento. Por mucho que hagas o demuestres no esperes un reconocimiento por ello.
  • Son maestros de la autoindulgencia. En caso de problemas que puedan ser achacados a su gestión, estimularán la idea de que no hay responsabilidad que deban asumir, siempre hay causas externas que han hecho imposible el éxito. Están libres de todo pecado.


Empresas libres de toxinas

La solución preferida de muchas organizaciones sacudidas por el impacto de un clima envenenado se limita a implantar el silencio como única medida. Hacer oídos sordos ante lo que sucede puede ser efectivo a veces pero lo normal es que aumente el grado de toxicidad en el ambiente.

La clave para estar libre de toxinas va más, de una parte, por implantar una cultura guiada por valores que tiendan al respeto mutuo, a huir de la ambigüedad, que estimule la comunicación franca y directa y el conocimiento profundo de los integrantes en la organización. Y que castigue, o no premie, los comportamientos antisociales, los abusos verbales, los prejuicios y los enfrentamientos personales.

Y por otro lado, no está de más, para asentar esa cultura anti-tóxica el facilitar el entrenamiento continuo de las habilidades sociales básicas, donde la comunicación, la gestión emocional, la práctica de la empatía o la gestión de conflictos deberían ser asignaturas de obligado cumplimiento.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Facultades mentales intactas

No hay duda de que el sentido del humor es un aliado indiscutible para solucionar un problema o para evitar crearlo.

Y para eso de evitar conflictos, google le da un sentido al "asómate al balcón" de William Ury con la aplicación "Test de facultades mentales intactas" que puede utilizarse en el programa de correo gmail. La aplicación ayuda a limitar el número de correos que nunca debieron haber salido de la bandeja de salida por un impulso incontrolable sufrido a horas intempestivas del fin de semana.

Si instalas esta aplicación en tu cuenta gmail, deberás resolver unos sencillos problemas matemáticos antes de poder enviar un correo, en una determinada franja horaria del fin de semana. "Si no eres capaz de resolverlo, mejor que descanses y lo intentes de nuevo por la mañana" reza la descripción de la aplicación.

asomate al balcon

Una práctica propuesta para contar hasta diez, antes de cometer un lamentable error.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Más de 500 amigos

Me comentaba un colega, delante de un café en uno de esos establecimientos clónicos de muchas ciudades, la cantidad de gente que había conocido últimamente, los amigos revoloteaban a su alrededor como moscas en una calurosa noche de verano, se sentía cada vez más querido y apreciado. Su seguridad y autoestima estaba por las nubes.

Conflictos en facebook

Había pasado la barrera de los +500 amigos en facebook. Increíble. Por lo menos para mi.

Es que las redes sociales más exitosas están influyendo de forma llamativa en nuestra vida diaria, en lo personal y en lo profesional. Ya no eres nadie sin una gran red de contactos. Bueno, tampoco exageremos.


Sospecho que la clave del éxito de las redes sociales está en que anima a establecer relaciones, aunque éstas puedan ser superficiales y monocordes. A partir de esta obviedad se me ocurre que las redes sociales pueden ser una fuente de conflictos pero también un sistema alternativo de resolución de los mismos.

Me explico. Igual que hace pocos años, los jornaleros del PC comenzaron a invertir varias horas de la jornada laboral en la navegación por la web, ampliada posteriormente a chatear con el Messenger, ahora se suma el empleo de no poco tiempo en estar al día actualizando contactos en linkedin, escribiendo mensajes cortos en twitter o subiendo fotos en facebook. No me extrañaría que dentro de poco, si no lo está haciendo alguien ya, los capataces comiencen a controlar el tiempo que pasan sus obreros en estas redes sociales, una tarea nada difícil, ya que cualquier intervención queda archivada y registrada. El conflicto está servido.

Y cuando las relaciones tradicionales están dañadas, ¿la red social puede ser una buena herramienta para la reconciliación?


A veces, las redes sociales pueden ser muy crueles.

Conozco el caso de una familia cuya, prácticamente, única comunicación se hace vía facebook. Los miembros de esta familia extensa, que ya no conviven juntos desde hace mucho tiempo, han encontrado en facebook el lugar donde compartir información, mostrar fotos, hacer preguntas y ponerse al día de las actividades de cada uno. Ahora resulta que todos los miembros están más cerca unos de otros que cuando vivían bajo el mismo techo.

Se me ocurre que facebook u otras plataformas pueden ser una buena herramienta ODR (Online Dispute Resolution) para resolver conflictos familiares, mercantiles o laborales. facebook puede ser un buen espacio de mediación, o como mínimo de comunicación, en casos donde el contacto cara a cara no es posible.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Regatee, por favor

“Always low prices” era la única respuesta, acompañada de esa sonrisa nerviosa que nos acompaña a quienes no dominamos el idioma, que se le ocurrió dar a un buen amigo cuando uno de sus clientes se empeñó en pedir un descuento por la compra que acababa de realizar. Una compra importante, de más de 150 euros. Pero mi amigo no estaba por la labor de acceder a rebajar el precio, por muy buen cliente que fuera el tipo. “Quizás en su país se hace pero aquí el precio está fijado y no se regatea”, se mostraba inflexible. La cosa sonaba a razonable, teniendo en cuenta que mi amigo era el gerente del supermercado y el cliente quería negociar la cesta de la compra que acababa de realizar allí.

Regatear

La anécdota me viene a la memoria leyendo un artículo que habla del uso de “agentes” inteligentes, pequeñas piezas de software, que ayudan a los usuarios a negociar sus compras en Internet. Según el Profesor Nick Jennings, de la Universidad de Southampton y uno de los investigadores que han desarrollado este tipo de asistente regateador, “el precio fijo es un fenómeno relativamente reciente. A lo largo de la historia la mayor parte de las transacciones han sido negociadas. Sólo en los últimos 100 años hemos optado por el precio fijo”.

Una de las frases más escuchadas relativas a la negociación es aquella del “todo es negociable” y, sin embargo, me da la impresión que la mayor parte de las pequeñas transacciones que realizamos a diario incumple esa norma. La sana costumbre del regateo, que no es más que el ajuste del precio en base a un criterio justo para ambas partes, es poco practicada en nuestra cultura últimamente. Por pudor, por falta de entrenamiento o tiempo o por, simplemente, dar por supuestas las reglas del juego, dejamos pasar oportunidades de obtener mayores réditos tanto económicos como personales. Y, sin embargo, ¿qué hay mejor para nuestra autoestima que lograr un acuerdo satisfactorio después de haber disfrutado del juego del regateo?

viernes, 4 de septiembre de 2009

Te odio, compañero mío

Esta mañana ha llegado a mis manos un folleto de una empresa americana especializada en la gestión de conflictos en el lugar de trabajo. En la contraportada del folleto leo que el 76% de los trabajadores evitan a otros compañeros, lo que supone un impacto considerable en el rendimiento general.

No sé de dónde procede el dato, no aparece la fuente del supuesto estudio, y no me atrevo a creerlo pero si usted acaba de volver de vacaciones y se reincorpora a su puesto, ¿se encuentra entre ese 76%?

Mediar en el lugar de trabajo
Más allá de datos estadísticos, la realidad es que los conflictos en los lugares de trabajo están ahí, forman parte de la realidad diaria y quien más y quien menos ha tenido alguna experiencia desagradable.

Hace unos años, cuando vivíamos tiempos de bonanza, el más activo de los participantes en uno de mis seminarios ante la pregunta “¿con cuántos conflictos os enfrentáis al día en vuestras empresas?”, que lancé al aire a la concurrencia, respondió, con tono seguro y decidido: “en mi empresa no tenemos conflictos”.



Seguramente, si hoy le preguntáramos de nuevo, su respuesta sería diametralmente opuesta.

Pero ambas situaciones comparten la tendencia, un tanto ingenua, a pensar que o bien no hay problemas o que el problema es lo único que existe. Nos resulta difícil encontrar un término medio cuando hablamos de conflicto en las organizaciones debido, seguramente, al miedo irracional que provoca, tanto si se intuye como si se tiene perfectamente detectado. Y tiene su lógica. En unos casos, es mejor eludir o evitar el conflicto y hacer como si no existiera y en otros sirve mejor a nuestros intereses magnificarlo y extenderlo.

Todos tenemos experiencia en conflictos, somos casi unos maestros, aunque nos cueste reconocer las variables comunes que conforman la estructura de cualquier conflicto y que nos ayudan a establecer diagnósticos previos a la solución.

Por ejemplo, siempre encontraremos que se da una relación de interdependencia entre diferentes partes, unos se echan la culpa a los otros en una situación determinada, las emociones negativas fluyen libremente en el ambiente y, haciendo un esfuerzo, se podrían identificar costes económicos para el negocio que está provocando el problema.

Este ultimo punto me parece esclarecedor. Las empresas se muestran reacias a medir el conflicto, a enfrentarse a él, seguramente porque no es un elemento tangible, no se puede cuantificar, en la mayor parte de los casos, y no se suele incluir en la cuenta de pérdidas y ganancias de las empresas.

Como diría Roger Fisher, uno de los mayores expertos en el tema, “lo que no puede contarse, no cuenta”.

Te regalo todos mis conflictos.

Se han estudiado de forma amplia los efectos tanto positivos como negativos del conflicto. Harrison Owen, creador del Open Space Technology (OST), una herramienta valiosísima para abordar conflictos complejos, defiende el aspecto positivo del conflicto simplemente por el hecho de que allí donde hay conflicto hay personas preocupadas.

Si lo llevamos al terreno de la empresa podríamos convertir uno de sus axiomas de esta manera: “enséñame una empresa donde no haya conflicto y yo te mostraré que a nadie le importa esa empresa”

Y no es lo único positivo. Todo conflicto surge de la necesidad de cambio, a veces es una alarma que resuena, da pie a la creatividad y ejerce de motor para que las cosas varíen. Un conflicto también es, por sí mismo, un incentivo a la cohesión del grupo y, en algunos casos, una magnífica herramienta de motivación. Pero, como decía un buen amigo, el conflicto tendrá muchas cosas positivas pero “yo te regalo los míos”.

Porque lo que generan los problemas en las organizaciones son, sobre todo, malas decisiones. Este buen amigo, pequeño empresario, me contaba la solución que había adoptado para paliar el mal ambiente entre dos grupos de trabajadores de su empresa de consultoría. Había decidido dividir a los consultores en dos equipos, cada uno de ellos con sus propios proyectos y sin intercambiar apenas información entre los mismos, con la esperanza de limitar las discrepancias y tensiones. Después de un breve lapso de tiempo, me comentaba: “¿sabes cuánto me está costando esta división? Proyectos mal abordados, retrasos, pérdida de capital intelectual, malestar entre los clientes… en buena hora tomé la decisión de separarles”.

Antes que nada, prevención.

Igual que todas las empresas están obligadas a desarrollar una política de prevención de Riesgos Laborales, no estaría de más que contaran con una política de prevención de Conflictos en el lugar de trabajo. Y es que todos los trabajadores están en permanente riesgo de conflicto. Y no sería nada complicado. Simplemente, habría que fijarse objetivos en tres líneas fundamentales.

Lo primero es asignar recursos. No hay que mirar mucho para echar en falta, en la inmensa mayoría de organizaciones, de recursos específicos para afrontar conflictos. En este sentido, una buena inversión sería la creación de equipos de mediadores en las organizaciones. Trabajadores de diferentes procedencias formados en técnicas de mediación, ayudando a resolver conflictos en la organización. No sería nada pionero, simplemente bastaría con aprender de las experiencias de mediación escolar, donde son los propios alumnos los que intervienen como mediadores en la resolución de los problemas entre compañeros.

Si lo pensamos bien, la empresa no es tan diferente de la escuela. Puede que hayamos perdido el gusto y las capacidades por aprender pero seguimos regidos por las mismas normas de la convivencia. Si ya se lleva la empresa al aula, el siguiente paso sería llevar el aula a la empresa y aprender de cómo alumnos de todas las edades, bien entrenados, son capaces de trabajar en los conflictos de los demás, llegando a soluciones satisfactorias, cooperativas y duraderas.

Lo siguiente es dotar de habilidades de negociación a los integrantes de la organización. Por regla general, la gente no sabe negociar, aún cuando las habilidades de negociación se aprenden, o bien negocia de forma contraria a los valores de la mayoría de empresas, que suelen propugnar la cooperación como guía de navegación.

Y, por último, es necesario facilitar la interacción. Vivimos en un mundo gobernado por el miedo y la incertidumbre, vivimos tiempos líquidos, parafraseando a Zigmunt Bauman, sociólogo fundamental para entender la sociedad en la que vivimos, donde los vínculos humanos son cada vez más frágiles y donde ya no contamos con estructuras sólidas en las que apoyarnos. Y, sin embargo, el principal antídoto para que las organizaciones no superen el umbral máximo de conflictos soportables, reside en las conexiones entre las personas, en facilitar el que los miembros de la organización se conozcan, más allá de la rutina diaria.

Es en estos tiempos, cuando la posibilidad de que aparezcan conflictos entre las personas se acentúa de forma importante, cuando las organizaciones deben disponer de medios suficientes y la valentía necesaria para afrontarlos.

lunes, 31 de agosto de 2009

El frio que viene

La metáfora del frioHace ya una pila de años llevo conmigo una frase que aparece de vez en cuando cuando la situación le es propicia. Y parece que la llegada de la nueva temporada con las negras perspectivas con que muchos agoreros nos quieren amargar el otoño es un momento adecuado en que la sentencia busca su lugar.

Escuché el comentario a no recuerdo quien, en no sé qué momento y a santo de qué cosa. Lo que recuerdo es el impacto de sus palabras.

Hilando fino creo recordar que se trataba de parte de la argumentación que ofrecía un responsable de departamento de una empresa, para la que en aquel momento trabajaba, a uno de sus subordinados que le había manifestado su decisión de dejar la empresa, aceptando una oferta de la competencia. El sujeto había optado por abandonar una sólida empresa a cambio de unas atractivas expectativas de promoción y éxito rápido en una empresa de reciente constitución.

La base del discurso de su jefe se centró en la frase: "Ahí fuera hace mucho frío"

No hace falta decir mucho más. El empleo de metáforas para desequilibrar y, muchas veces, tumbar al oponente es el principal golpe que un negociador tiene a mano y que conviene dominar. Y no dejar de entrenar. El Modelo de Harvard centra el análisis de la negociación en una serie de elementos donde identificar la BATNA o MAAN es clave. La Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado es lo que tenemos fuera de la negociación o como en nuestros cursos de negociación solemos resumir con la frase "Si se rompe la negociación, ¿qué nos queda?"

Un buen negociador sabrá construir la mejor metáfora para hacer sentir a la otra parte el frío que le reportará romper la negociación o llevarla por caminos insostenibles para ambas partes.

Y si hablamos de sensaciones otro conocido autor y gurú de la teoría de la negociación, aplicada sobre todo al terreno de la empresa, Jim Camp, utiliza el término "padecimiento" cuando se refiere a este concepto. En uno de sus libros, para ilustrar el significado del concepto, cuenta el empleo por parte de Winston Churchill de esta técnica, cuando hace sentir a sus ciudadanos un paisaje oscuro, atroz, en caso de no enfrentarse a la amenaza nazi, aunque a cambio sólo pueda ofrecer "sangre, sudor y lágrimas".

Por cierto, habitualmente al traducir la célebre frase al español (que ya fué empleada anteriormente por Theodore Roosvelt) se obvia otra petición por parte del estadista. La frase completa sería "Blood, toil, tears and sweat" o lo que es lo mimso "sangre, fatiga, lágrimas y sudor". Y es que en una negociación sobre todo lo que se exige es mucho esfuerzo, mucha fatiga.

Abrígense ahí fuera.

miércoles, 29 de julio de 2009

The Beer Summit

Puede resultar un asunto irrelevante, carente de importancia, pero hasta el mismo presidente Obama se ha involucrado, jugando un papel importante. Hablamos del incidente entre un profesor de Harvard, Henry Louis Gates Jr., y un oficial de policia, James Crowley. Si han leído o escuchado en los medios de comunicación la historia, descubrirán cómo un episodio donde el policia trata de aclarar por qué un sospechoso, el profesor, se introduce en una vivienda de manera que hace honor a su apelativo.

La vivienda resulta ser propiedad del profesor pero en el transcurso del incidente se dan toda serie de insultos y amenazas, elevándose la temperatura de la discusión hasta llegar a la detención del profesor y la presentación de cargos, más tarde retirados.

beer summit

Podía quedarse la cosa en un mero malentendido aclarado en comisaría o, a lo peor, en los tribunales. Pero dado que el policia es blanco y el profesor negro, se introduce en la cuestión el elemento racista, lo que lleva a amplificar lo sucedido y a extenderse como la pólvora por todo el país.

El presidente Obama, amigo personal del profesor, interviene de forma poco hábil calificando de estupidez la actuación del policia. Al día siguiente, al comprobar las reacciones de los cuerpos policiales, se retracta y anima a ambos contendientes, en el momento de mayor escalada mediática, a sentarse junto a él con una cerveza como testigo.

La cita está prevista para este jueves en la Casa Blanca y ya hay quien la ha calificado como "the beer summit".

Diversas voces opinan que es un caso donde deberían utilizarse técnicas de mediación, como el responsable del Programa de Negociación de Harvard Robert H. Mnookin explica, para resolver el caso de forma constructiva pero también hay un buen número de personas que se posicionan en uno u otro bando, o más bien contra uno u otro bando, e, incluso hay quien piensa que el mayor beneficiado del asunto será la industria cervecera.

Veremos en qué queda la cosa.

miércoles, 17 de junio de 2009

Guerra de fichajes

En esta época se da un fenómeno que ilustra de manera adecuada la importancia de la negociación en las transacciones que cuentan con mayor visibilidad mediática.
Hablamos, por supuesto, del mercado futbolístico y su inagotable fuente de conflictos de intereses.

negociar en el fútbol

Pese a que uno no es un gran aficionado a este circo, es imposible no sustraerse al fenómeno por lo que no está de más explorar posibilidades de observar y confirmar cómo la teoría de la negociación se infiltra en todo este maremagnum.

Tomemos, por ejemplo, el caso Villa. El delantero, hasta ahora propiedad del Valencia C.F., es un objetivo ansiado por varios equipos de primer nivel, tanto españoles como de otras ligas.



Parece ser que se encuentra en un proceso avanzado de negociación con el Real Madrid, al menos así lo refleja la prensa deportiva y el resto de medios de comunicación que han tomado la noticia como el eje editorial del momento.

Aunque hay muchos datos que no están al alcance de nosotros y, seguramente, perderemos información relevante, podemos hacer el ejercicio de analizar, aunque sea superficialmente, algunos aspectos llamativos del caso.

Las mesas de negociación

Aparentemente, encontramos una mesa de negociación principal formada por los representantes del club y del jugador. Al menos, son las mesas visibles. Pero no hay que olvidar a las otras mesas que intervienen decisivamente en el conflicto.
Por citar algunas, se negocia en la mesa que reúne a los dos clubes, se negocia en la mesa del club de origen y el jugador, en la mesa que sienta al jugador y a sus representantes, negocian los representantes del club madridista y su máximo dirigente, el presidente y los socios, el jugador y su familia…

En todas estas mesas podemos encontrar claves que harán del fichaje algo viable o del todo imposible.

Los terceros

Las noticias de la evolución del fichaje comparten peso con las reacciones de otros implicados en el caso, aunque de forma indirecta.
Por ejemplo, la prensa se hace eco de declaraciones de presidentes de clubes rivales, cuyo máximo representante es el F.C. Barcelona, que tratan de enturbiar la negociación acusando al club rival de “imperialista” o “prepotente” e incluso se habla de que se podría abrir otra mesa de negociación con el jugador.

Las alternativas

En este preciso instante, leo en la prensa deportiva, el proceso parece estar bloqueado. No hay visos de llegar a un acuerdo en el corto plazo. Es el momento en que aparecen las alternativas a la negociación.

Es decir, si no se llega a buen puerto, ¿qué les queda a las partes?

Por un lado, el representante del club, Jorge Valdano, declara que si no se ficha a Villa tiene otras posibilidades para cubrir los intereses del club con jugadores del mismo nivel.
Entra en escena la alternativa o MAAN de Diego Forlán, lo que hace que, además, entre en juego un nuevo implicado, el presidente del At. De Madrid, que comienza a hacerse notar en la negociación.
El objetivo de Valdano al destapar sus alternativas puede haber sido el jugar con un elemento de presión hacia la otra parte. El volumen con que se emplee la alternativa puede ser determinante para el resultado. Es posible que la otra parte se sienta dolida por esa “traición” y comience a jugar con sus propias alternativas, léase el posible fichaje por el eterno rival o por otros pretendientes.

El precio

Aquí encontramos un elemento interesante del proceso que da cabida a nuevos aspectos de la negociación. En el mercado del fútbol de primer nivel se mueven grandes cantidades que pueden parecer irracionales.

Al menos en nuestra liga se trabaja con la llamada “cláusula de rescisión”, cuyo objetivo es establecer un tope máximo en las transacciones, algo así como el límite salarial que es utilizado en otras ligas como la NBA.
La cláusula de rescisión es una primera referencia para establecer el precio por el que se puede fichar a un jugador, pero no es la única. Al buscar otras referencias hay que referirse a las cifras manejadas en anteriores fichajes del club.

Y aquí aparece en escena el megacrack Cristiano Ronaldo cuyo fichaje por el Real Madrid ha batido records en la historia del fútbol mundial y, de paso, ha elevado los límites salariales para el resto de jugadores de similar calidad.

Seguramente, los representantes del jugador consideran que el nivel de Villa es comparable al de Cristiano Ronaldo, por lo que sus aspiraciones iniciales han comenzado a crecer vista la forma en que el club ha solucionado anteriores negociaciones.

No perdamos de vista a la ciudad condal. En su momento, el presidente del Barça, Joan Laporta, advierte que con el fichaje de Cristiano Ronaldo el mercado se vuelve loco y este episodio va a afectar al resto de movimientos y transacciones de otros clubes. No olvidemos que en esta época los equipos están inmersos no sólo en fichajes sino también en renegociaciones con la plantilla actual, mejoras de contrato o cesiones.

Coaliciones

En cualquier momento salta la liebre. Hace pocas horas, algún jugador de la selección española, creo recordar que Fernando Torres, declara que la valoración de los jugadores nacionales está devaluada respecto a lo que se paga por jugadores extranjeros. Es decir, Torres forma alianza con Villa para legitimar sus objetivos pecuniarios. Quien sabe si a Torres no le hará falta una coalición a medio plazo.

Compromiso

Como no se habla de otra cosa, no tuve más remedio que escuchar hace pocos días en una emisora de radio un comentario que podría haber pasado inadvertido. El periodista comenta que Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid, maneja una táctica interesante para lograr el compromiso de sus futuros fichajes. La táctica consiste en insistir a su posibles “fichados” a que manifiesten públicamente sus apetencias de futuro.

Es decir, que declaren si quieren o no fichar por el Real Madrid.

Les pone en un brete: si manifiestan que su objetivo es fichar por el Real Madrid, Florentino Pérez habrá logrado un compromiso que siempre va a poder utilizar en la negociación. En caso de que la negociación se tuerza siempre puede apelar al principio de consistencia o de coherencia: “si tú mismo dices que quieres fichar por nosotros, ¿a qué viene tanta resistencia?”
En caso de que manifiesten lo contrario, que no quieren fichar por el club, los negociadores siempre tendrán un motivo para justificar el fracaso de la negociación.

Pero, ¿y si el jugador no se manifiesta abierta y públicamente? Este es el caso de Villa que, suponemos bien aconsejado, no se moja para no dar opción a la otra parte a utilizar este arma persuasiva.
La prensa, por otro lado, busca de forma continua muestras de compromiso. En sentido positivo o negativo. De ahí que la imagen del jugador no firmando en la camiseta del Barça de un aficionado se tome como una noticia de primer nivel.

Relaciones

Florentino Pérez acaba de aterrizar pero no es un recién llegado. Está en su segunda época como presidente del club blanco y todo el mundo conoce su estilo de negociación. Aparentemente, mantiene excelentes relaciones con sus colegas dirigentes de otros clubes y, públicamente, se esfuerza en adoptar unas maneras suaves al tratar asuntos delicados.

Es indudable que en estos días la relación con dos de sus principales colegas se está deteriorando pero Florentino Pérez es un maestro en manejar situaciones complicadas aplicando como nadie el principio básico de la negociación.

Aquello de “separar las personas del problema”.

Me remito, como ejemplo, al caso mediático con que arrancaba la primera era de Pérez: el fichaje de Figo. Todavía duele en el aficionado barcelonista la inmensa herida que le asestó el de Chamartín con la captura del emblema e ídolo local.

Y, sin embargo, las relaciones insittucionales no se vieron afectadas, pasado el sofoco, y pasaron a ser excelentes, sobre todo con la llegada de Laporta al club. Es de suponer que Florentino sabrá cerrar las heridas abiertas aunque tendrá que hacer un importante esfuerzo, léase concesiones, en futuras negociaciones.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Simplificar lo complejo

Lograr el acuerdo cuando hay múltiples partes implicadas, tratando asuntos variados y en diferentes etapas, requiere algo más que buenas intenciones.

Con “Simplificar lo Complejo” proponemos una sesión de entrenamiento en negociación trabajando diferentes situaciones complejas que demandarán el máximo de cada participante. Será una sesión totalmente práctica con el objetivo de identificar las principales claves de las Negociaciones Complejas que, por cierto, son las negociaciones más habituales en las organizaciones.

Taller en negociaciones complejas

SIMPLIFICAR LO COMPLEJO
Workshop en Negociaciones Complejas.
Fecha: 26 de mayo de 2009.
Horario: 9:30h a 13:30h
Lugar de celebración: Fundación Pons. Serrano, 138. Madrid.

Plazas limitadas. El coste del Programa puede ser subvencionado a través de la Fundación Tripartita con cargo al crédito de formación del que disponga su empresa.

Solicite más información en el teléfono 902 15 35 15 o visite ENE Escuela de Negociación

miércoles, 6 de mayo de 2009

¿Qué venden las personas?

Si las empresas venden productos, ¿qué venden las personas?

Todos los integrantes de una organización pueden ser una fuente provechosa de ideas. Habitualmente, el problema con que se encuentra el “pensador” de una idea reside en no contar con un proceso que le ayude a pasar de la idea individual a un proyecto compartido por la organización.

El próximo 12 de mayo, desde ENE te proponemos una reflexión acerca de los errores más comunes en la venta de ideas dentro de las organizaciones y un camino para convertirlos en ventajas estratégicas.

idea marketing

IDEA MARKETING
Las empresas venden productos. Las personas venden ideas.

Los objetivos que nos planteamos durante la jornada recogen tres niveles:

  • Pasar del egocentrismo al “otrocentrismo”: Si a mi me parece bien, ¿por qué no habría de parecérselo al resto? Cuando se trata de vender una idea, a menudo se tiene la tendencia a pensar que una buena idea lo es para todo el mundo y para todas las organizaciones. Trabajaremos la necesidad de adaptar la idea al contexto del receptor.
  • Pasar de la intuición al proceso sistemático: casi siempre se tiende a pensar que la producción y la venta de ideas es algo intuitivo, improvisado y no regido por un proceso sistemático con diferentes etapas y niveles. Expondremos un modelo de trabajo tanto en el desarrollo de ideas como en el propio proceso de la venta.
  • Pasar de la presentación a la campaña: no basta con un PowerPoint para convencer a la audiencia. En la mayor parte de los casos es, simplemente, garantía de aburrimiento y alejamiento de la idea. El proceso de venta de la ideas debe ser visto más como una campaña, donde no sólo es importante el mensaje y la forma de presentarlo, sino también a quien se trata de persuadir, con qué estilo y con qué objetivo.

Training Day en Comunicación Persuasiva.
Fecha: 12 de mayo de 2009.
Horario: 9:00h a 18:00h
Lugar de celebración: Fundación Pons. Serrano, 138. Madrid.

Más información en ENE Escuela de Negociación

martes, 21 de abril de 2009

La junta de propietarios

¿Quien no ha asistido alguna vez a una junta de propietarios para discutir asuntos "calientes"? Divertido, ¿no es así?

Si lo normal es que este tipo de reuniones se eternicen, se debatan los mismos temas de manera repetida y aburrida, haya gente que monopolice la discusión con sus propios problemas o ideas y haya una sensación general de "deserción" (dificultad para llegar a un mínimo cuorum y prisas por escapar para los infelices atrapados en este entorno hostil) cuando los temas que se discuten son, de verdad, importantes las chispas saltan, la duración de la junta se alarga y, frecuentemente, no hay capacidad para alcanzar mínimos acuerdos. Por no hablar de los enfrentamientos personales y un sentimiento de confrontación que se apodera de la comunidad.

 

negociación

 

Una reunión de este estilo es lo que los expertos llaman "negociación compleja": se discuten múltiples temas, en diferentes sesiones y con múltiples partes interesadas. No confundir el término "complejo" con dificultad para llegar a un acuerdo, por ejemplo. Más bien hablamos en clave de niveles de simplicidad.

Por ejemplo, una negociación bilateral entre un cliente y un proveedor para acordar el precio de un servicio se encuadraría, en la mayor parte de las ocasiones, en el área de las negociaciones simples. Si a estas negociaciones se van añadiendo temas, el servicio, plazos de entrega, garantías, etc, que deben discutirse en varias etapas y, además, entran en juego otros interesados, la cosa se complica, se va haciendo más compleja.

Decía Einstein algo así como que "se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo" y una forma de simplificar lo complejo es contar con una "hoja de ruta" que nos permita seguir unos ciertos pasos con alguna seguridad, aunque sin perder de vista lo complejo de la situación.

A continuación, algunos consejos relacionados, sobre todo, con el manejo de los intereses de las partes:

1. Descomponer la negociación. Una negociación compleja no es más que la suma de diferentes elementos. El primer trabajo puede referise a descomponer la negociación para poner encima de la mesa lo más sencillo, lo más manejable, ver qué temas son lo que se discutirán.

2. De acuerdo en el desacuerdo. A veces, las negociaciones se complican porque no tenemos claro en qué cosas estamos en desacuerdo o no sabemos quienes reman contra la corriente. No se trata todavía de resolver los problemas, sólo poner encima de la mesa en qué temas estamos en desacuerdo, si hay posturas encontradas y que todas las partes tengan constancia de este dato. A partir de ahí, se puede trabajar de forma parcial en cada asunto.

3. Las prioridades de cada parte. No todos los temas tienen la misma importancia para todos. Para el vecino del 2º A el mantenimiento de la zona común puede ser un asunto sin trascendencia mientras que pero para la pareja con niños del 3º C es algo imprescindible por el tiempo que pasan en el jardín. La tarea será ordenar los temas por importancia para cada uno de los interesados.

4. Establecer el orden de discusión. La organización por prioridades nos ayuda a tener visibilidad, casi podemos ver gráficamente la negociación. El resultado: podemos trazar el recorrido de la discusión hablando primero de los asuntos menos importantes para la mayoría, donde se pueden conseguir de forma más fácil acuerdos parciales o microacuerdos y que pueden servir para abonar el campo de cultivo de los asuntos más complicados. Es importante contar con este recorrido no sólo como una básica organización sino para contar con momentos que ejerzan de impulsores. Conseguir un acuerdo, por pequeño que sea, actúa como impulsor de la negociación y hace que los puntos más discutibles partan de una velocidad dada y no de un punto muerto.

5. Identificar los intereses de las partes. Lo más complicado en una negociación: conseguir que quien se sienta a la mesa descubra qué es lo que le preocupa en la negociación, qué hay detrás de sus posiciones. Normalmente, nos encontramos con posturas inflexibles que ocultan los verdaderos intereses. Si comenzamos a negociar con las posiciones como eje del timón, pronto nos encontraremos sumidos en la confrontación.

El vecino del bajo derecha se niega a aportar su parte proporcional a la derrama para la reparación del ascensor, ya que es algo que no utiliza nunca. Su No es su posición, y la defiende de forma inflexible. Su interés lo encontramos en su imposibilidad de asumir económicamente el pago. Si centramos la negociación en el No, volamos hacia la confrontación, si tenemos frente a nosotros el interés empiezan a surgir diferentes posibilidades.

6. Trazar relaciones entre intereses. Vistos los intereses de las partes podemos apreciar que hay temas que son de vital importancia para nosotros y queremos concentrarnos en ellos mientras que hay otros que no resultan prescindibles o no tenemos demasiado interés. Las otras partes también han hecho este examen. Si miramos más allá de nuestra nariz empezaremos a comprobar que fácilmente podemos trazar una línea entre intereses.

Mientras que el vecino del 5º B quiere a toda costa que la comunidad instale una nueva antena de tv, a su vecino del 5º C lo que le preocupa es el siguiente punto del día, el que se refiere a la aprobación del presupuesto de reparación de unas obras menores en el portal. Uno y otro tienen intereses diferentes aunque compatibles y un también diferente nivel de prioridades.

7. Pensar en términos de alianzas. Llegados a este punto, podemos preguntarnos: ¿qué le importa mucho al vecino y a mi me importa poco? Porque si damos con la respuesta, empezaremos a construir puentes con otros interesados. Implica dejar de concentrarnos sólo en nuestros puntos de vista y apreciar los puntos de vista vecinos, nunca mejor dicho. Buscamos aliados, no enemigos, como forma de satisfacer nuestras demandas.

8. Fundamentar las conexiones entre las partes. Si hemos construído un puente, lo que sigue es empezar a transportar mercancía. En términos de negociación, empezamos a jugar con las concesiones. Si te apoyo en lo que quieres, tú me apoyas en mis intereses. Eso sí, dando valor a lo que entregamos, a nuestro apoyo al fin y al cabo.

9. Cuidar la relación, inventar nuevas posibilidades y ser objetivo. Así, de una tacada y una vez que tenemos clara nuestra estrategia relacionada con los intereses, podemos desarrollar la negociación, separando la persona del problema, sin que las emociones se adueñen de la discusión, siendo creativos en la resolución de problemas y con un criterio objetivo. Pero esto último, ya forma de una segunda entrega de esta "hoja de ruta".

¡Que disfruten en su próxima reunión de vecinos!

jueves, 16 de abril de 2009

El peligro de negociar por email

¿Quién no ha tenido alguna experiencia conflictiva donde el correo electrónico ha jugado un papel esencial? En la época que nos ha tocado vivir a los jornaleros del PC, el email se ha convertido en el gran aliado y, también, el gran enemigo de nuestros días, en lo que a relaciones interpersonales se refiere.

negociar por email

Utilizar el correo electrónico como medio de negociación ofrece grandes ventajas. Por su inmediatez, podemos avanzar más rápidamente en el proceso negociador, sobre todo en las fases iniciales, donde el intercambio de información es básico, y en las finales, cuando estamos cerca del acuerdo y se necesitan ir cerrando microacuerdos. Es imprescindible cuando hay lejanía geográfica entre las partes y no compensa el contacto cara a cara y muy aconsejable cuando los negociadores se encuentran cómodos con esta vía de comunicación.

Pero, el correo electrónico también puede intoxicar la negociación. Puede, de hecho, envenenar cualquier conversación, por muy buena que sea la intención.

Hace unos años, Marshall McLuhan hizo famosa la sentencia “el medio es el mensaje” y, hace algunos menos, con la aparición estelar en nuestras vidas interconectadas del spam o correo basura, leí en algún sitio una adaptación de la frase que rezaba “si el medio es el mensaje, alguien debería matar al mensajero”.

Me pareció una frase muy acertada en ese contexto y también aplicable al terreno de la negociación.

Si vamos a negociar, a tratar una situación conflictiva, a través del email conviene pensar en el impacto del medio en lo que se negocia y en la relación con quien se negocia y actuar convenientemente, utilizando grandes dosis de sentido común.

Siempre un objetivo

Como en cualquier interacción, debemos establecer un objetivo concreto para cada uno de los mensajes que salen de nuestra bandeja de salida. ¿Qué queremos conseguir? ¿Cuál es el objetivo concreto? ¿Cómo nos ayudará el email a conseguir nuestro objetivo? ¿Por qué es el medio más adecuado para el objetivo en cuestión? ¿Sería mejor emplear otro medio?

Gran parte de los encuentros de una negociación fracasan porque no cuentan con una correcta preparación, donde definir el objetivo para ese encuentro es clave. Y los encuentros que utilizan el email no son menos.

No todo es negociable por email

No parece adecuado utilizar el email como herramienta en las fases o en los aspectos más sensibles de la negociación. Tampoco es una herramienta eficaz cuando la relación se puede deteriorar por pasar por una fase de vulnerabilidad, cuando hay un enfrentamiento, y donde un comentario puede echar al traste lo conseguido hasta el momento. En estos casos, sería mejor utilizar el email como herramienta complementaria al encuentro telefónico o al cara a cara.

Puedes verte a ti mismo como el mayor poeta de la era cibernética, deleitarte con una prosa florida o considerarte el máximo exponente de la new age literaria, pero antes de ponerte a escribir piensa en quien va a recibir el mensaje. No es lo mismo si estamos intercambiando emails con personas que son de personalidad directa, que les gusta recibir la información de forma clara, concreta y concisa o si nos estamos carteando con personas que buscan profundidad en sus lecturas y saborean un texto bien construido.

Luego hay a quien le gusta leer el correo y eliminarlo, hay quien lo archiva en su correspondiente carpeta y a otros a quienes les gusta imprimir el email para leerlo acompañado de un lápiz que le servirá para subrayar lo que le llame la atención.

Conocer al destinatario y su forma de entender las comunicaciones nos ayudará a adoptar el estilo preciso.

¿Mensajes largos o cortos?

Si nos paramos a pensar un poco, un mensaje largo da a entender que quien lo ha escrito le ha dedicado un tiempo a pensar y a redactar el mensaje. Un mensaje corto puede denotar rapidez, eficacia, ideas claras y precisas. Hasta ahí, ningún problema. Como norma general, necesitamos modular la longitud del mensaje en función de lo que tengamos que decir.

El problema aparece en los extremos: un mensaje excesivamente largo implica que le “estamos robando” tiempo al destinatario y un mensaje excesivamente corto puede indicar desinterés por lo que se negocia. La sabiduría reside en la medida justa. Sopesa la longitud del mensaje y, aunque sea mentalmente, cronometra el tiempo que le llevará al lector el leer, descifrar y comprender el mensaje. Y pregúntate: si tú recibieras ese mismo mensaje ¿qué longitud te gustaría que tuviese?

Expresiones que te harán quedar mal

Lo que en una conversación cara a cara puede pasar inadvertido, incluso resultar adecuado para remarcar una expresión, en el email un “taco” o una expresión fuera de lugar, tiene un efecto atronador. No es lo mismo escuchar que leer. Lo que escuchamos lo olvidamos en un breve lapso de tiempo, lo que leemos queda algo más tiempo en la memoria. Piensa que, además, una vez enviado el correo éste deja de estar controlado por el remitente, no sabemos a quien se reenviará, ni cuando se leerá.

Trata de escribir como si el contenido del mensaje se pudiera hacer público en un momento dado.

Errores ortográficos

De un tiempo a esta parte, nos hemos acostumbrado a ver erratas, errores ortográficos, expresiones extrañas… en los mensajes de correo electrónico y lo vemos como algo comprensible y, hasta cierto punto, normal.

Epsreo qeu en ssu ftursa neogicaicoines el emial sea le ailidao prefecot paar lgorar sus ojbtetiovs.
Un slaudo.

Igancio

Pero, un error ortográfico es una interferencia en la comunicación, un molesto ruido que impide concentrarse en el contenido. Los errores, las erratas, las faltas de ortografía, las frases mal construidas distraen la atención, molestan a la mayoría y, en general, reflejan poco interés por parte del remitente, que ni se ha molestado en repasar el texto antes de enviarlo. No caigamos en ese error en nuestros mensajes.

El doble sentido

Si en la vida real ya es difícil interpretar exactamente lo que la otra persona quiere decir, en el correo electrónico, a no ser que conozcamos muy bien a la otra parte, corremos el riesgo de no identificar un doble sentido al no contar con el apoyo de lo no verbal.smile

Y no contar con la referencia del comportamiento no verbal puede ser una ventaja, nos permite estar centrados en el contenido, pero cuando estamos inmersos en una conversación difícil es, sin duda, un inconveniente. Porque lo que hacemos siempre es interpretar, “seguro que cuando estaba escribiendo el mensaje estaba distraído, o mofándose, o enfadado”, tanto la expresión del remitente como la del destinatario. En este sentido, los emoticonos nacieron para suplir la carencia de información no verbal, pero claramente se quedan cortos.

El email en compañía

En las organizaciones no hay cosa que llame más la atención que cuando compartimos un mensaje polémico con otras personas ajenas al conflicto, bien sea para que actúen de testigos, para ganar apoyos, porque creemos que deben estar enterados de los que se habla o para incitar a la participación o decisión de quien corresponda.

Poner en copia a todos los responsables de departamento para discutir un problema que sólo afecta dos personas supone “robar” tiempo al resto, y eso cuesta dinero, implica abrir la ventana a emociones negativas, contagiarlas y tiene el riesgo de que tu jefe te llame la atención por haberle incluido en la discusión. Por no hablar del efecto provocado en el destinatario que ve con sorpresa que una conversación que preferiría mantener en privado está siendo compartida con otras personas.

Créate una nueva carpeta

Un conflicto que se crea por email sólo se resuelve cara a cara o por teléfono. Cuando el conflicto escala y se inflama, el único remedio para solucionarlo es hablarlo con la otra persona, escucharnos la voz. Automáticamente la situación se desinfla. Pensemos que lo que es fácil mantener por escrito es difícil de soportarlo con la presión de la interacción directa, donde enseguida aparece el arrepentimiento, la disculpa y permite que se aclaren los malentendidos, de forma más sencilla.

Cuando escribas un email que, posiblemente, generará un conflicto ten siempre en mente la máxima de no crear un problema que luego habrá que resolver.

Y para ello “asómate al balcón”. Antes de enviar un email que puede resultar comprometedor o que puede generar una situación difícil o dirigido a una persona complicada, toma perspectiva, léelo con otros ojos, con los del destinatario, pide la opinión de otros y piensa si lo que estás transmitiendo no podría hacerse mejor por teléfono o cara a cara.

asómate al balcón

Yo, por mi parte, trabajo desde hace tiempo con una carpeta que he llamado “mensajes que nunca enviaré”. A mi me funciona.

 

miércoles, 8 de abril de 2009

El pegamento del mediador

pegamento en la mediaciónUna de las imágenes que me viene a la cabeza cuando pienso en el papel de la mediación es a alguien aplicando un pegamento especial que, por arte de magia, consigue unir los trozos hechos añicos de un objeto.

Según esta imagen mental, el mediador sería ese alguien cuya tarea es la reconstrucción. Pero, ¿exactamente qué reconstruye?

No necesariamente una relación rota. Ni puede ni, seguramente, puede. Desde mi punto de vista, el mediador actúa sobre todo en la reconstrucción de un mínimo nivel de confianza, que es lo que realmente se ha roto y, gracias a esto, hace posible que se aprecie la posibilidad de construir un nuevo tipo de relación que será la que, finalmente, posibilite la solución al conflicto.

Dándole vueltas a la analogía se me ocurrió bucear en Internet y comparar las pautas de utilización de un pegamento cualquiera con algunos conceptos de la mediación y esto es lo que ha salido:

Consejos a la hora de utilizar un pegamento

  1. Leer con atención las instrucciones de uso para lograr un buen resultado.
    Desde luego, la mediación necesita de instrucciones de uso. Es importante explicar, y asegurarse de que se entiende, el proceso de mediación y su objetivo, recalcar la necesidad de compromiso por las partes, definir el papel del mediador, los límites y las expectativas de lo que se puede lograr. Al comienzo de cada mediación deberían entregarse a los interesados las correspondientes instrucciones de uso para asegurar el éxito.
  2. Limpie cuidadosamente las superficies a pegar, ya que la presencia de polvo, agua o grasa reducirá el poder del adhesivo o pero aún, impedirá directamente el pegado.
    Antes de mediar conviene que la situación se “limpie”. Que las partes tengan la oportunidad de limar asperezas, que encuentren un espacio en que sean escuchadas. En muchas ocasiones, el conflicto se produce por causas relacionadas con la comunicación. El mediador debe crear el espacio adecuado para que la comunicación se produzca, evitando agentes externos que interfieren el diálogo. Un agente externo puede ser la actitud agresiva de una de las partes en su forma de comunicarse, la interferencia de terceros, la incapacidad de mostrar los verdaderos intereses… El mediador debe prestar mucha atención a estos detalles.
  3. Si puede, utilice algún tipo de elemento para mantener las superficies unidas hasta que el pegamento seque por completo.
    Aplicar las técnicas de mediación suavemente pero con firmeza. El mediador debe “presionar” en el sentido de desarrollar un proceso suficiente y eficiente, con el tiempo adecuado y la actitud correcta. A veces, debe tener una actitud más directiva y otras limitarse a ser espectador pero siempre debe hacerlo conscientemente y con visión estratégica.
  4. Evitar el contacto del pegamento o adhesivo con la piel.
    Los mediadores suelen ser como martillos que ven clavos por todas partes. Deben tener una visión objetiva, no apreciar conflictos que no existen o que son insignificantes y, en todo caso, mantener la parte “sana” de la relación alejada del conflicto.
  5. Coloque la cantidad necesario que se recomienda, el exceso de pegamento no significa mayor adherencia.
    Mediar en su justa medida, no excederse, ni en tiempo ni en esfuerzo. Aceptar que la mediación no funciona en todas las ocasiones, por mucho que nos apliquemos. Que las partes lleguen al acuerdo depende, fundamentalmente, de ellas mismas.
  6. Alejarlos del alcance de lo niños. Muchos de ellos pueden contener sustancias muy tóxicas, tanto al ser inhaladas como al ser ingeridas. Los niños solo pueden utilizar los pegamentos infantiles.
    A cada edad y para cada persona, un estilo de mediación. En conflictos familiares, no siempre implicar en el proceso de mediación a los menores ayudará a resolver mejor la situación. Hay que ser cautos y, en todo caso, adaptar la mediación a la situación y al contexto de las partes.
  7. Siempre que realice una tarea de reparación con pegamentos y que fuera posible, hágalo al aire libre, para no correr el riesgo de intoxicación por inhalación.
    Crear un espacio de mediación, alejado del contexto del conflicto. Muchas veces que las partes dialoguen fuera de su entorno habitual ya significa un gran avance. El contexto del conflicto puede ser tóxico. danger
  8. También tenga la precaución de trabajar alejado de fuentes de calor, ya que muchos elementos que componen éstos pegamentos son altamente inflamables.
    Cuidado con las explosiones emocionales. Pueden aparecer en cualquier momento y el mediador adquiere la responsabilidad de saber reducirlas, contenerlas o dejarlas que se produzcan en función del desarrollo de la mediación. Una emoción negativa incontrolada es contagiosa e inflamable y el mayor enemigo del diálogo.
  9. No se deben utilizar para rellenar huecos o grietas, esa no es la función para la cual han sido creados, ya que al secarse, se expanden.
    La mediación no debería ser el remedio para todas las situaciones. No es útil para poner parches a un conflicto, ni para llegar a soluciones de compromiso cuando lo que se requiere son acciones de mayor calado.

lunes, 6 de abril de 2009

El bluff

farol en la negociación

A veces, se tiene la tendencia de comparar la negociación con un juego de naipes. Hay que decir que la comparación resulta atractiva: varios jugadores que sopesan su decisión en virtud de las cartas con que, en ese momento, cuentan. Unas pocas reglas oficiales conocidas y respetadas, por casi todos, y otro manojo de reglas no escritas que, a veces, contradicen a las primeras. En este contexto, todo buen jugador de mus, por ejemplo, sabe que tanto mayor es su credibilidad ante el resto de jugadores como sea su maestría en el arte de "tirar" engaños. En el arte de utilizar el farol como arma estratégica.

En la negociación también contamos con cartas, reglas, estrategias y jugadores. Pero hasta ahí la comparación. Por mal que les pese a algunos, la negociación, aunque lo parezca, no es o no debería ser un juego de cartas.

Y mucho menos cuando hablamos de faroles.

Mientras que en los juegos de naipes el farol puede aportar credibilidad, en el terreno de la negociación cuando empleamos esta táctica, conocida en términos anglosajones como "bluff", asumimos un riesgo que lleva directamente a la pérdida de credibilidad. Y la credibilidad es la herramienta más importante para un negociador.

¿Cómo se construye la credibilidad?

La credibilidad es material fragil. Ahora la tienes y al momento dejas de tenerla. Siempre depende de la percepción de los demás y no de ti mismo y se basa en una fórmula compuesta por tres ingredientes: lo que dices, lo que haces y lo que pareces.

El farol se situa en los tres ángulos de la credibilidad. Veamos algunos ejemplos rápidos de faroles habituales:

  • Lo que decimos: estaríamos en el terreno del ultimátum con la consabida frase del "lo tomas o lo dejas".
  • Lo que hacemos: cuando nos encontramos con que la otra parte ofrece concesiones rápidas que hacen suponer su buena fe, pero que, en el fondo, esconden la intención de recoger sus frutos en forma de concesión recíproca desproporcionada.
  • Lo que parecemos: cuando alguien pone como ejemplo de fiabilidad su importante cartera de clientes pero que se muestra esquivo cuando se le requiere a aportar datos concretos.

El farol es algo habitual, sin embargo, en negociaciones de corte distributivo, siendo el más corriente el situarse muy por encima de la zona posible de acuerdo, haciendo una oferta muy ambiciosa en la apertura de la negociación. Esta táctica no carece de sentido cuando es conocido que la otra parte no dispone de información suficiente, o un criterio razonable, que le haga ver la inconsistencia de la oferta.

Un bluff también puede darse cuando queremos acelerar el proceso de cierre con "la última oferta". Es una situación típica del negociador posicional. Aqui jugamos con la capacidad de presión, cuando sabemos que el factor tiempo juega a favor nuestro o cuando la opción de no negociar de la otra parte no es viable, al no tener una mejor alternativa.

¿Cuándo un bluff es aconsejable?

En contadas ocasiones. Entre ellas, cuando no tenemos nada que perder. En negociaciones donde estamos situados en terrenos claramente en desventaja, podemos optar por dar un golpe en la mesa y tratar de cambiar la situación. En este caso, el farol es un aliado ya que nos aporta credibilidad, aunque con cimientos endebles.

¿Cómo defendernos ante un bluff?

Como norma básica, ante cualquier movimiento de la otra parte debemos contar siempre con información suficiente, con criterios independientes que nos dirán qué es lo justo. Si el movimiento nos hace sospechar de que podemos estar ante un farol, nada más útil que preguntar y profundizar, hacer partícipe al otro de nuestra inquietud.

Si conseguimos identificar el farol contamos con varias posibilidades: podemos ponerlo encima de la mesa, demostrando su falsedad, lo que llevará la negociación hacia el peligroso terreno de la confrontación (a nadie le gusta que le pillen en un renuncio) o construir un puente dorado, hacer ver que nos hemos dado cuenta del farol pero no incidimos en ello sino que, a partir de ese momento, ofrecemos partir de cero, olvidarnos de la situación y establecer conjuntamente las reglas que aplicaremos en la nueva situación.

El impacto en la relación.

Para terminar, un error estratégico grave es emplear faroles en negociaciones donde la relación es importante, donde probablemente seguirán nuevos procesos de negociación. Y no dudemos de que, tarde o temprano, el farol se descubre. Recuperar entonces la relación, cuando se ha perdido la credibilidad, será complicado por no decir imposible.

viernes, 3 de abril de 2009

Convicción

En alguno de nuestros cursos de negociación, solemos empezar con varias preguntas a los participantes, más que nada para abrir el debate y romper el hielo del primer encuentro. En una de ellas, preguntamos por las cualidades del buen negociador.

¿Qué debería tener uno para convertirse en el negociador ideal?

Habitualmente, las respuestas que tienen que ver con las habilidades técnicas, como el manejo de información, el conocimiento, se mezclan con otras relativas a las habilidades sociales: capacidad de comunicación, paciencia, creatividad... Pero es raro el caso en el que aparece en la pizarra una de las más impotantes, a mi juicio.

Actitud positiva

La convicción mueve montañas. La convicción es una actitud positiva que se contagia. Si creemos en nosotros, en el proceso, en el acuerdo, incluso en la otra parte, todo será mucho más fácil. Si tenemos dudas acerca de cualquier cosa de lo anterior, éstas se contagiaran y sembrarán el proceso de malas hierbas.

viernes, 27 de marzo de 2009

¿Y si me ve un niño?

Una de las frases que más me han gustado, e influido, la escuché de un profesor en mis días de universidad. Con total seguridad, fue una de las tres o cuatro cosas que se han quedado en mi memoria de aquellos días.

El profesor, del que no recuerdo apenas nada ni siquiera la materia que enseñaba, contaba la historia de un paseo con una colega, nórdico por más señas, por una ciudad indeterminada. Había entrado ya la noche y la circulación de personas y vehículos era más bien escasa.

En un momento dado, se dispusieron a cruzar una avenida por el correspondiente paso de peatones regulado por un semáforo. El semáforo se encontraba en esos momentos en luz roja para los peatones. Sin embargo, por allí no pasaba ningún coche ni daba la impresión de que lo fuera a hacer en los siguientes minutos. Por ello, mi profesor se dispuso a cruzar sáltandose la advertencia del semáforo.

Al ver que su colega no le seguía, le preguntó por qué no le acompañaba, ya que no había peligro, a lo que su acompañante replicó: "¿y si me ve un niño?"


La autoridad basada en el valor de ponerse a uno mismo como ejemplo, a exigir a los demás en la medida que uno se exige a si mismo me parece el ejercicio de liderazgo más honesto y efectivo y también el más dificil de llevar a la práctica.

jueves, 19 de marzo de 2009

El caminante

Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Con estas palabras, tomadas prestadas de Antonio Machado, inició su discurso William Ury el pasado lunes en Valladolid. Y qué mejor resumen de lo que representa el propio Ury.

Stay on Trail

Un caminante. Alguien que va trazando un camino, sin fijarse una meta concreta, para que los demás podamos seguirle. A través de sus escritos y, sobre todo, de su trayectoria profesional sus seguidores, entre los que nos contamos, han encontrado un modo de entender la negociación y la resolución de conflictos que entronca con una cultura de paz, posible y alcanzable, donde todo el mundo tiene su papel y su responsabilidad.

William Ury

Antonio Machado

El primer encuentro que tuve con él fue en la distancia. Minutos antes de comenzar su speech se separó del grupo de organizadores del evento para buscar la soledad en un rincón del exterior del auditorio, para concentrarse en su discurso. Posiblemente, William Ury haya llevado sus palabras en unos cientos, por no decir miles, de veces ante las más variadas audiencias. Y ahí le teníamos dando paseos nerviosos, ensayando su actuación. Y la verdad es que me tranquilizó el verle de esta manera. Para quien trabaja ante el público, como formador por ejemplo, es un alivio darte cuenta de que otros pasan por lo mismo y que no importa el número de años que lleves en la profesión que siempre seguirá pasando lo mismo. Afortunadamente.

Una vez ante la audiencia, Ury recorrió el proceso negociador y nos dejó algunas perlas que me gustaría reproducir, copiando casi literalmente de los "apuntes" que tomé:

Asómate al balcón: un lugar en el que tomar perspectiva, calmarse y ejercer el auto-control. El balcón te da una fuerza muy especial. Ante la agresividad del otro, el balcón te da el poder de no reaccionar. Una oportunidad para detenerse a pensar, a dejarle tiempo al otro, a analizar qué está pasando y qué debería pasar. Sería genial que el correo electrónico tuviera un botón específico para evitar errores relacionados con la reacción impulsiva. Algo así como un "salvar como borrador" que impida enviar mensajes que luego lamentarás.

Desarrolla tu BATNA: Tener la seguridad de contar con una alternativa a la negociación te da poder en la negociación, si, pero, sobre todo, te aporta confianza. Confianza en uno mismo y en las posibilidades de llegar a un acuerdo.

Pásate a su lado: escucha para entenderle, busca su perspectiva, respétale.. Don´t Blame, Don´t Shame.

Concéntrate en los intereses: para cambiar el juego (de las posiciones) cambia el enfoque (a los intereses). Concéntrate en las opciones y apóyate en el criterio objetivo. Juega con las concesiones de bajo coste para ti y alto valor para el otro.

Power of Positive NoEnvía un NO positivo: empieza con un SI (a tus intereses) sigue con un NO (en defensa de los mismos) y termina con un SI (la propuesta constructiva)

Construye un puente dorado: Haz que a ellos les resulte fácil decir SI. Ayúdales a desarrollar su "discurso de la victoria": trabaja con el otro para crear un documento que explique a quien irá dirigido, sobre qué se hablará, cuáles serán las más probables críticas y cuáles las mejores respuestas.

Finalizando la charla, Ury nos contó una anécdota que ilustra cómo entender la negociación ganar-ganar:

"En un bazar un visitante topó con una tienda de mascotas con aspecto interesante. Intrigado, accedió a la tienda y preguntó por alguna adquisión interesante. El vendedor le ofreció una ganga: su mejor loro. ¿Precio? Un millón de euros. Después de una corta discusión,el comprador salió de la tienda sin poder entender ni justificar el precio. Pasados unos días, por casualidad, volvió a pasar nuestro amigo por la tienda y, picado por la curiosidad, preguntó al vendedor por el bicho parlanchín. Vendido. ¿Cómo es posible, por un millón de euros? Sí. El vendedor le explicó que había hecho una gran operación. Un cliente se hizo con el loro a cambio de dos pollos que vendía por medio millón cada uno."

Una vez finalizado el acto, tuve la oportunidad de "asaltarle" e intercambiar unos minutos de charla sobre futuros proyectos. Fueron sólo cinco minutos muy aprovechados y la impresión que me causó en el cara a cara refrendó la percepción que ya traía. Todo amabilidad y disposición a trabajar en cualquier parada del camino, que de forma inmediata le llevaba ahora a Oriente Medio.

domingo, 15 de marzo de 2009

Aprender a negociar

Aprender a resolver conflictos en equipos de trabajo, negociar en situaciones complicadas o mejorar las habilidades persuasivas requiere algo más que intuición. Ahora, ENE Escuela de Negociación ofrece una solución formativa completa y eficaz para todo tipo de organizaciones y profesionales.

ENE Escuela de Negociación

Posiblemente, el Programa más completo en Negociación

Un Programa de 32 horas lectivas, distribuidas en tres bloques, enfocadas a:

  • Estructurar adecuadamente el proceso de negociación.
  • Reconocer y contrarrestar tácticas de presión de la otra parte.
  • Comprender y ejercer su poder negociador sin romper la relación.
  • Crear valor en la negociación con técnicas de persuasión.
  • Manejar situaciones complicadas con personas difíciles.

Negociación Estratégica (20 horas). 21, 22 y 23 de abril ó 28, 29 y 30 de abril.
El Modelo de Negociación por Principios.
Una visión detallada de los aspectos más importantes a tener en cuenta en una negociación. Dota al participante de las claves de la negociación basada en principios y ayuda a resolver los dilemas del negociador en función de la situación.

Comunicación Persuasiva (8 horas). 5 de mayo ó 12 de mayo.
Técnicas de argumentación e influencia.
La creación de valor en la negociación es básica como herramienta de confianza. Hacer llegar el mensaje adecuado, que sea entendido y que pueda ser explicado a terceros así como potenciar nuestras habilidades de escucha se muestran como objetivos en toda negociación.

Simplificar lo Complejo (4 horas). 19 de mayo ó 26 de mayo.
Negociar con personas difíciles en situaciones complejas.
Lograr el acuerdo cuando hay múltiples partes implicadas, tratando asuntos variados y en diferentes etapas, requiere algo más que buenas intenciones. Con “Simplificar lo complejo” proponemos una sesión de entrenamiento en negociación trabajando diferentes situaciones complejas que requerirán el máximo de cada participante.

Más información en ENE Escuela de Negociación

ENE Escuela de Negociación

Primera impresión, primera oferta

Pese a que los seres humanos somos complejos y ambiguos, cuando hablamos de la primera impresión que nos causa una persona al conocerla, el cerebro es capaz de codificar la información que recibe de ella y, en menos de medio minuto, catalogarla de una manera, habitualmente, exacta.

La primera impresión es la que cuenta, decía algún publicitario, y es a la que nos remitimos cada vez que nos encontramos al sujeto. ¿Cuántas historias conoce donde se repite el tópico "si ya te lo decía yo, en cuanto le ví, le calé hasta las cejas"?

El ancla en la negociacion

En el último número de Nature Neuroscience se presenta un interesante estudio que identifica los sistemas neuronales involucrados en la formación de las primeras impresiones. Y no he podido evitar relacionar esta noticia con otro tema de particular importancia en la mesa de negociación: la influencia de la primera oferta en la fase de propuesta.

Al fin y al cabo, hablamos de primeras impresiones.

Como decíamos antes, la primera impresión que obtenemos de una persona nos acompaña siempre que nos relacionemos con ella y será complicado, sólo a base de tiempo, que esta impresión cambie aunque haya múltiples factores que nos inviten a ello. Otro tópico me viene a la cabeza: "Cuando conocí a mi actual pareja, me causó una impresión nefasta y míranos ahora: cuarenta años juntos".

En cierta manera, la primera impresión nos "ancla". Igual que lo hace la primera oferta. El "efecto anclaje" es un aspecto bien estudiado por los expertos en el área, que nos hablan de las ventajas y desventajas cuando surge la pregunta: ¿debería hacer una primera oferta o esperar a que la otra parte proponga algo?

La gran ventaja de hacer la primera oferta es que asientas las expectativas de la otra parte sobre el futuro acuerdo. Pero, cuidado, siempre y cuando tu oferta sea ambiciosa pero plausible. Si tu primera oferta es demasiado extrema lo único que conseguirás es perder credibilidad.

G. Richard Shell nos pone un ejemplo en el libro "The Art of Woo" con una negociación tradicional basada en precio:

"Supón que estás en un proceso de selección y el salario normal para ese puesto va desde $100.000 a $125.000. Si pides inicialmente $130.000 (una petición ambiciosa pero plausible) el empleador probablemente se anclará en tu oferta y sus expectativas se moverán hacia la parte alta del rango. Por otro lado, si abres a $150.000 probablemente desanimarás al empleador, dejándote la penosa tarea de abandonar la negociación o disculparte por tu agresiva apertura."

Moraleja: cuanto más conozcas acerca de lo que sería un “justo” resultado, mayor suerte tendrás al construir una apertura y tomar ventaja del efecto anclaje.

Sin embargo, dejar a la otra parte que haga una primera oferta también tiene sus ventajas: obtienes información acerca de lo que tu interlocutor estará dispuesto a hacer antes de tener que mostrar tus cartas.

En general, cuanto menos conozcas el rango de posibles soluciones, más ganarás al dejar que la otra persona haga la primera oferta. Pero cuando el otro haga la primera oferta, protégete del efecto anclaje.

Si recibes una sorprendentemente agresiva oferta inicial, tómate un tiempo antes de responder. Vuelve a tu investigación y sitúa tus metas y perspectivas acerca de lo que es justo. De otra manera puedes inconscientemente modificar tus expectativas de lo que es posible y ser prisionero del anclaje.