viernes, 27 de marzo de 2009

¿Y si me ve un niño?

Una de las frases que más me han gustado, e influido, la escuché de un profesor en mis días de universidad. Con total seguridad, fue una de las tres o cuatro cosas que se han quedado en mi memoria de aquellos días.

El profesor, del que no recuerdo apenas nada ni siquiera la materia que enseñaba, contaba la historia de un paseo con una colega, nórdico por más señas, por una ciudad indeterminada. Había entrado ya la noche y la circulación de personas y vehículos era más bien escasa.

En un momento dado, se dispusieron a cruzar una avenida por el correspondiente paso de peatones regulado por un semáforo. El semáforo se encontraba en esos momentos en luz roja para los peatones. Sin embargo, por allí no pasaba ningún coche ni daba la impresión de que lo fuera a hacer en los siguientes minutos. Por ello, mi profesor se dispuso a cruzar sáltandose la advertencia del semáforo.

Al ver que su colega no le seguía, le preguntó por qué no le acompañaba, ya que no había peligro, a lo que su acompañante replicó: "¿y si me ve un niño?"


La autoridad basada en el valor de ponerse a uno mismo como ejemplo, a exigir a los demás en la medida que uno se exige a si mismo me parece el ejercicio de liderazgo más honesto y efectivo y también el más dificil de llevar a la práctica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario