martes, 7 de septiembre de 2010

En alas de la mentira

El título de este post se corresponde con el de una conocida canción del grupo español Radio Futura (De un país en llamas, 1985) que sugiere, o me lo parece a mi, que no hacemos más que volar de un lado a otro impulsándonos por la tentación del engaño.

Hay dos temas recurrentes en la creatividad artística aplicada a la invención de historias. El amor y la mentira. Teje la historia con los hilos de las pasiones y los engaños y obtendrás un vestuario que sobrevivirá a todas las modas. Y no hay, actualmente, tejedores de historias que superen a los creadores de series de televisión que utilizan sin tapujos esta combinación de conceptos.


Me centraré en la mentira con tres ejemplos que proceden de tres de mis series favoritas.

House con su lema “todo el mundo miente” encuentra en la mentira el eje central de las tramas de esta serie. O más bien deberían decir “todo miente”. No sólo las personas, sino las situaciones, sus síntomas, las distintas percepciones todo forma parte de un engaño. Incluso la memoria miente, como refleja en su trabajo Daniell Schacter, autor de “Los siete pecados de la memoria”.

Lie to me se adentra en el mundo de la mentira a través de las expresiones faciales o más bien de los gestos, basándose en el trabajo del psicólogo Paul Ekman, que diferencia las expresiones faciales como universales y compartidas por todo el mundo y los gestos, más personales y a través de los cuales podemos reconocer el engaño con el estudio de las microexpresiones.

The Invention of Lying comedia de Ricky Gervais que describe un mundo donde no existe la mentira y donde nunca nadie ha dicho una mentira, hasta que el protagonista desarrolla la capacidad de mentir, descubriendo las grandes ventajas del engaño. No es la primera vez que el cómico inglés trabaja con la mentira como telón de fondo. No hay que olvidar que es el creador de la versión original de la aclamada internacionalmente The Office, mi tercera elección, donde el autoengaño forma parte del eje central de la serie. Un personaje que se engaña a sí mismo queriendo hacer creer que posee grandes dotes de liderazgo. En este caso, la serie aborda algunos conceptos interesantes desarrollados por Robert Trivers, en relación al autoengaño que “tiene que ver con la autopromoción, o la exageración del lado positivo y la negación del lado negativo de uno mismo, todo esto con el fin de producir una imagen benefactora, es decir, la imagen de que beneficiamos a los otros y que somos efectivos cuando lo hacemos” (fuente original).

Con estos tres ejemplos, encontramos tres formas de mirar al engaño. Y, siendo la mentira una de las tácticas preferidas por quienes practican el juego sucio en la negociación, el paralelismo está servido.

* Cuando la situación nos miente. Nunca está de más enfatizar la importancia de la preparación, tomarnos tiempo y recopilar suficiente información nos ayudará a tomar decisiones efectivas. Sin embargo, en ocasiones el exceso de información o de confianza, incluso obviar episodios anteriores, nos puede hacer diagnosticar erróneamente el problema que nos separa de la otra parte.
* Cuando las personas mienten. La mentira es una de las tácticas más empleadas en el llamado “juego sucio” de la negociación. Bien sea una mentira con objetivos intimidatorios o una simple exageración en forma de farol, reconocer en los movimientos del otro la posibilidad del engaño y sus consecuencias, es una tarea básica.
* Cuando nos engañamos a nosotros mismos. El autoengaño puede producirse cuando exageramos las expectativas del futuro resultado de la negociación o, peor aún, cuando no somos conscientes de nuestros propios límites, que bien pueden estar bloqueando la resolución de una controversia.


Tengan cuidado ahí fuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario