lunes, 11 de enero de 2010

Mandela y el factor disonante


Se acaba de estrenar en USA la última de Clint Eastwood. Invictus es la historia reciente de los acontecimientos que cambiaron a un país. Los hechos que proporcionaron a Sudáfrica la posibilidad de abandonar las primeras posiciones del ranking de naciones más injustas y crueles. Basada en el libro El factor humano, de John Carlin (Seix Barral), nos cuenta como el rugby actuó de manera eficaz para provocar un cambio en las actitudes de la mayor parte de la población del país africano.

Carlin centra su muy recomendable libro en lo que denomina el factor humano, el elemento aplicado por Nelson Mandela para desarmar a los partidarios de la segregación o a los interesados en la escalada bélica, pero bien podría haberlo llamado también el factor disonante.

La teoría de la disonancia cognitiva, obra de León Festinger, es la tendencia de los individuos a buscar la consistencia entre sus pensamientos, opiniones, actitudes y comportamientos. Cuando hay inconsistencia entre actitudes y comportamientos, por ejemplo, se produce un malestar psicológico que desencadena un impulso para eliminar la disonancia. La disonancia puede ser eliminada de diferentes maneras, bien reduciendo la importancia de las creencias en conflicto, adquiriendo nuevas creencias que modifiquen el equilibrio o eliminando las actitudes o comportamientos en conflicto.

Una herramienta eficaz para solucionar conflictos.

Mandela para provocar una disonancia potente que hiciera pensar a sus paisanos y motivarles a un cambio en sus creencias y, por inercia, sus actitudes y comportamientos, seguramente, durante sus 27 años en prisión, se plantea preguntas del tipo: ¿cómo va a aceptar la minoría blanca el compartir o más bien ceder su poder político a una mayoría con probables deseos de venganza por los sufrimientos padecidos en los último siglos? o ¿cómo va a aceptar la mayoría negra la reconciliación con quien ha estado oprimiendo al pueblo hasta la extenuación, sólo por conservar un estatus de poder político, social y económico?

Es habitual en conflictos intratables, como hasta entonces el sudafricano, que las partes construyan una imagen del otro en torno a la idea del enemigo y toda información que pudiera contradecir esta imagen es rechazada, para no crear una disonancia incómoda con creencias tan arraigadas.
En otras palabras, para los blancos los negros son unos asesinos de blancos en potencia y para los negros los blancos son opresores inhumanos y crueles dueños del poder. ¿Cómo cambiar estas creencias en ambos bandos?

Partiendo de este contexto, Mandela encuentra en el rugby la principal arma para crear una disonancia cognitiva, que resultó ser de lo más efectiva.

Como Carlin cuenta, los blancos tenían la idea de que su deporte preferido era expresamente rechazado por la mayoría negra, más proclive al fútbol. Así era, poco o ningún entusiasmo provocaba el deporte del balón ovalado entre los negros. Más bien rechazo al considerarlo sinónimo de explotación y segregación. Además el CNA, Congreso Nacional Africano, había mostrado su capacidad de presión y poder al promover la prohibición, por la comunidad internacional, de competir en torneos internacionales a los equipos sudafricanos.

Sin embargo, ante esa consonancia (los blancos podían demostrar que los negros rechazaban el rugby) Mandela provoca una disonancia. Abre la mano para que Sudáfrica pueda competir internacionalmente, y hace lo que un negro nunca ha mostrado anteriormente en público: muestra interés por el rugby, se interesa por las normas, por el espíritu, establece relaciones de amistad con los principales iconos del deporte. Y lo que es más importante, hace que, poco a poco, el resto de población negra se interese y se apasione con este deporte, en gran medida, siguiendo su ejemplo.

El proceso culmina con la participación de Sudáfrica en la Copa del Mundo de Rugby de 1995, con Mandela como principal abanderado, que finalmente gana. En los pocos años que Mandela se embarca en lograr disonancia como herramienta contra el conflicto, la minoría blanca pasa de ver a la minoría negra como una amenaza a compartir el lema “un equipo, un país” donde todos los habitantes de Sudáfrica, sea cual sea su raza, forman parte de la misma nación.

Sin embargo, Mandela también debe humanizar la imagen del blanco, Afrikaner, rudo y violento, ante la mayoría negra. ¿Cómo ser amigo de quien te ha segregado durante varios siglos? En este caso, la tarea para Mandela es ardua sobre todo para evitar caer en la tentación del enfrentamiento que conduciría con toda seguridad a una guerra civil.

Mandela se sirve del himno Nkesi Sikeleli como herramienta de disonancia. El efecto de ver a un grupo de gigantones rubios herederos de los boer cantando, o gritando según los casos, antes del partido decisivo ante Nueva Zelanda, el himno símbolo de protesta de los negros debió provocar una disonancia tal en muchos de los activistas del CNA, que hizo mucho más por el cambio en las actitudes más alejadas de la integración que cualquier otro episodio.




Invictus, dirigida por Clint Eastwood e interpretada por Morgan Freeman y Matt Damon, se estrena en España el 29 de enero de 2010. El documental The Rugby Experiment (puede encontrarse en YouTube) muestra el proceso de cómo Sudáfrica alcanza el punto de inflexión, a través de su participación en la Copa del Mundo de 1995, para pasar de ser una nación dividida a convertirse en un solo pueblo.


Este artículo se publicó originalmente en Materia de Negociación, publicación mensual de ENE Escuela de Negociación. Puede descargarse gratis en http://www.negociaccion.net/

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